Para amarte, a oscuras, mis manos, adheridas al definido recinto de tu desnudez. [Y escalarán tu contorno…]
(…)
Se yerguerá, abrasante, tu pecho por mi piel. [Y tus dos islas montaraces entre mis dedos…]
(…)
Cuando se embriague tu vientre de mi aroma y mis manos sean parte de la brasa de tu cuerpo, descenderán al abismo arcano de tu entraña y rutilarán mis dedos con la savia aprehendida en la rósea seda de tu más íntima gala.
Me he quedado sin palabras ante la belleza de este texto. Me ha asombrado, llegado y traspasado.
Te felicito.
Abrazos
delicioso!
Es tan bello que llega a la esencia.
Un saludo afectuoso
Miradas generosas las vuestras…
Un abrazo.