«Impulso»: Archivo personal
Entre retamas amarillas, escobones y codesos, hollan los pies las agrestes rampas volcánicas donde se aglomeran, ante la mirada embelesada, basaltos, fonolitas, ignimbritas, relucientes bajo los rayos solares que las horas fortalecen sobre la piel expuesta de los excursionistas, aligerados de vestimenta, con la voluntad prensada entre los músculos mientras se acercan al primer roque[*], lo admiran, lo calibran y tantean su base las manos, familiarizándose con las rugosidades que parecen palpitar bajo los dedos que se aferran e impulsan brazos y piernas venciendo la gravedad.
Horas después, cuando el avión se desliza por la pista, sigue presente la pulsión en las sienes y cada geoforma de la caldera de Tejeda cincelada ad æternum en la memoria.
NOTA
[*] En Canarias, monolito natural, a modo de resto erosivo aislado, que destaca sobre una cumbre.
Mi recuerdo es ad æternum, pero solamente el recuerdo de que estuve en el Hotel Parador de Cruz de Tejeda… a las puertas, que era un soldadito y no me daban ni para tomarme una cerveza dentro. Mi recuerdo es a las puertas del parador ya que vimos un pico aparentemente con nieve sobresaliendo de una capa de nieves, y como entonces mi curiosidad ya no tenía límites, entramos en el parador a preguntar si por casualidad ese pico era el del Teide y un empleado del complejo, nos lo confirmó.
Iba con un sargento especialista con menos mili que yo y sin carnet de conducir así que el pagaba todo y yo me aprovechaba conduciendo y practicando.
Del resto no recuerdo nada.
En el fondo el sargento y tú no erais sino dos árboles que os dabais sombra mutuamente:él se encargababa de la intendencia y tú del transporte, así que el beneficio era para ambos.
Antes de visitar otra caldera, la caldera de Taburiente, pensaba que el paisaje volcánico por muy bello que resultara sería muy pobre en vegetación y por eso me asombró la variedad de especies vegetales. También recuerdo que había roques pero soy poco aficionada a las alturas.
Buena semana, Mirada.
No es de extrañar la profusión arbórea en un lugar tan rico en sustratos y en agua como esa caldera, que seguró poseerá unos paisajes inolvidables.
Excelente y primaveral semana también para ti.
Conozco Tenerife, supongo que parecido en su diversidad pero totalmente diferente. Una preciosidad.
La magia de la Naturaleza, tan diversa en su conformación como igual en las reacciones que produce a quienes aprenden a disfrutarla.
Hay tantos lugares desparramados por este mundo en el que a uno le gustaría perderse, que no se por dónde empezar… y encima va usted y enseña unos nuevos que pasan a la lista. Estuve hace muchos, muchísimos años por allá, pero no tuve la fortuna de visitar aquello. Apuntado!
Hay tantas maravillas naturales a las que jamás accederemos físicamente que sólo nos queda contemplarlas de lejos y acercarnos con la imaginación; porque, a veces, los mejores paisajes para perderse son esos mismos que tantas veces recorremos y que, íntimamente, amamos. Por eso regresamos a ellos una y otra vez.
Unos turistas un poco atípicos estos… Nada de playas tomando el sol vuelta y vuelta.
Siempre hay quien da la espalda a las cálidas arenas para internarse por otros derroteros.