«Mediterraneus»: Archivo personal
Entre el 4 y el 11 de julio de 1937 tuvo lugar en España el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, en el que el Olimpo literario antifascista de la época celebró —en Valencia, Madrid y Barcelona— diferentes reuniones y ponencias para difundir su inquebrantable apoyo a la República sacudida por un año de guerra cuyo final y posteriores consecuencias ninguno de los afamados conferenciantes podía intuir.
A Barcelona acudió un joven Octavio Paz (1914-1998), recién casado con Elena Garro (1916-1998); en su carpeta llevaba un desgarrador poema escrito días antes, cuando le llegó el doloroso rumor de la muerte, en el frente de Aragón, de su amigo del alma José Bosch.
José Juan Bosch Fontseré, el amigo de Paz, nacido en Sant Feliu de Codines, en 1910, llegó a México con su familia en 1913. Instalaronse los Bosch en Iztapalapa, donde el padre, que había militado en España en la CNT, puso un establecimiento de venta de leche.
En 1929, un ya beligerante José Bosch, coincide con Octavio Paz en el mismo centro de estudios, compartiendo pupitre y una naciente amistad. “A él le debo mis primeras lecturas de autores libertarios. Yo le prestaba libros de literatura -novelas, poesía- y unas cuantas obras de autores socialistas que había encontrado entre los libros de mi padre”, escribiría Paz años después.
Bosch se convierte en indiscutible líder estudiantil, promotor de huelgas y altercados con las autoridades educativas. En 1930, una protesta universitaria, encabezada por José Bosch, contra el gobierno mexicano —aprovechando la visita de unos estudiantes de Oklahoma— tuvo como consecuencia la expulsión del país del joven anarquista, que acabaría dando tumbos por España —de donde también fue expulsado— Francia, Alemania y Argentina, dejando a su paso su impronta ácrata. Finalmente, y gracias a la mediación de su padre desde México, José Bosch consiguió que las autoridades españolas revocasen su expulsión. Al iniciarse la guerra (in)civil, no tuvo dudas y se alistó en las milicias del POUM.
Aquel julio de 1937, en Barcelona, con su Elegía a un compañero muerto en el frente de Aragón temblándole entre las manos, se dispuso el poeta a leer su homenaje al amigo fallecido. Entonces, al levantar la cabeza, cuando, en palabras del propio Paz, “dirigí la vista hacia el público: allí en primera fila estaba José Bosch”. Los ojos de ambos se encontraron unos segundos. Había asombro en los de Paz y súplica en la mirada de Bosch, que abandonó la sala rápidamente. Cuando, acabado el acto, Octavio Paz y Elena Garro se dirigieron al exterior, un nervioso José Bosch interceptó al poeta; le contó que los comunistas estaban masacrando a anarquistas y poumistas, que su vida corría peligro y que necesitaba urgentemente que le gestionara un pasaporte mexicano para salir del país. Paz recordaría que “le dije que esa misma semana me iría de España. Me contestó: Dame el número de tu teléfono, te llamaré mañana por la mañana”. La llamada no se produjo.
Jamás volvieron a verse ni a comunicarse.
José Juan Bosch Fontseré sobrevivió a la razzia comunista, a la guerra y al franquismo. Vivió en distintos países europeos y acabó instalándose, como anticuario, en Barcelona. Nunca corroboró o desmintió lo sucedido aquel día de 1937 en su encuentro con el poeta mexicano ni quiso saber nada de él en años posteriores. Según confesó a su familia, consideraba a Octavio Paz «traidor y delator«, pero no se avino a explicarles el motivo de tales acusaciones.
Falleció el 8 de noviembre de 1998 en el geriátrico de Palafolls.
«Has muerto, camarada,
en el ardiente amanecer del mundo».
Tremendo lo que escribes. Qué fáciles son las palabras, otra cosa es comprometerse con hechos, ahí donde la verdad no se puede esconder. Terrible, muy decepcionante y triste cuando confías en alguien y te falla. Duro.
Salud y buena semana.
El problema es que Bosch nunca explicó por qué pasó del cariño por Paz al aborrecimiento. Solo conocemos lo que el propio Octavio Paz narró sobre cómo se reencontró con el amigo al que creía muerto y al que había dedicado un doloroso poema… Ignoramos si las acusaciones de Bosch estaban bien fundadas o solo eran fruto de un malentendido. Pudo comunicar con Paz, que era un literato de renombre y fácilmente localizable, y no lo hizo, así que debía tner poderosísimas razones para actuar así.
Salud y a disfrutar de la preprimavera.
No sé quién tendría razón o cada cual tendría la suya. Lo que sí tuvo que ser de alto impacto fue comenzar a leer ese poema fúnebre y encontrarse con la cara del muerto elogiado en primera fila.
No parece que Bosch tuviera una vida fácil.
Bosch fue un revolucionario superviviente en un mundo donde determinadas ideas suponían la muerte… Para Octavio Paz, que lo creía muerto, tuvo que ser una experiencia única verlo allí.
¿No has contado esto en otra ocasión? Me suena de haberlo leído.
Y no te falla la memoria. Esta entrada es una actualización (con otro título, otra imagen y algunos datos nuevos sobre Bosch) de un post que publiqué hace un tiempo.
Ya decía yo que me sonaba… Y me sonaba de habértelo leído a ti y no en otra parte.
Efectivamente. Fue un post de octubre de 2016 donde los últimos años e incluso la fecha de la muerte real de Bosch quedaban en penumbra.
Una historia que no conocía, ya que aunque no había nacido, tampoco me la hicieron estudiar y yo anduve por otros derroteros, me iban más los libros de ciencias. Ahora es cuando me he ido enterando de alguna cosa, ya que hay muchos de estos nombres que me suenan.
También en la Ciencia hay multitud de personajes con historias asombrosas donde la realidad parece vuelta del revés. Este tipo de historias con miga llegan a nuestro conocimiento de manera casual, a veces con una sola línea de texto que nos llama la atención y en la que nos centramos para averiguar la trama completa.
Parece la escena de alguna película pero como dicen siempre, la realidad supera a la ficción. Saludos.
Las piruetas y giros de la realidad son tan impredecibles y tan asombrosas que parecen argumentos de ficción.
Salud.
Desde luego debió ser tremendo el sentimiento de Paz al ver al protagonista de su poema de homenaje, ahí delante. No conocía la historia y quiero bien pensar en un malentendido de esos que lejos de aclararse, se van encallando con los años. Una pena que terminara así su amistad. Pero parece que, como apuntas, Bosch nunca aclaró su reacción, por lo que todo queda al criterio siempre complejo de las interpretaciones. Muy interesante. Un abrazo.
De lo sucedido en el exterior del edificio barcelonés solo se sabe lo relatado por Octavio Paz que, por otra parte, ejerció de generoso anfitrión con muchos literatos españoles que huyeron, con lo puesto, a México tras la guerra. Pero ese obstinado silencio de Bosch, su desaparición durante décadas y sus enigmáticas acusaciones alguna razón tendrían…
De todo ello se extrae que, si ambos hubieran hablado en algún momento en esos sesenta y un años que todavía vivieron, esas circunstancias que se llevó Bosch a la tumba quizás las habrían aclarado.
Cuan importante es la comunicación interpersonal…
Cordialidades.
Podemos especular sobre lo que sucedió entre ellos, pero como en muchos otros casos, solo lo saben los protagonistas, y los motivos se los han llevado los dos a la tumba.
Realmente cuesta entender esa enemistad con todo lo que les tocó vivir y compartir, pero supongo que hubieron poderosas razones para actuar así.
Gracias por traernos estos retazos de historia, que alimentan nuestro conocimiento y nos hacen pensar.
Abrazos.
Es una historia que me intrigó desde la primera vez que leí la Elegía de Paz y me contaron que, en realidad, el amigo no había muerto en el frente de Aragón; por eso quise ir al inicio de la historia y así fue como topé con Bosch, que es un personaje fascinante del que se tardó años en conocer sus vicisitudes. La Elegía misma fue de quita y pon y pon y quita; se ve que Octavio Paz no sabía exactamente cómo y dónde colocarla.
Cordialidades.
Una historia más de encuentros momentáneos y grandes desencuentros.
Gracias por los enlaces. Ese poema de Octavio Paz lo dice todo, y tan claro como el amanecer del mundo y el crepúsculo de un hombre
Abrazos
Es un poema desgarrador ante la supuesta muerte del amigo, y cuan lamentable que circunstancias inexplicables para nosotros destruyeran una amistad que parecía tan sólida.
Oto abrazo.