«Café frappé»: Archivo personal
«El Danubio enfila las ciudades como perlas, transcurre grande, y el viento de la noche pasa sobre los cafés al aire libre como la respiración de una vieja Europa que tal vez se encuentre ahora en los márgenes del mundo y no produzca, sino solo consuma, historia».- Claudio Magris, autor de El Danubio
I
Revolotean los cuervos encapuchados alrededor del palacete neoclásico que alberga la Biblioteca Municipal V.A. Ureschia de Galați. Graznan desaforados, tal vez burlándose de los sudorosos humanos que, con las ropas y la piel impregnadas de la pegajosa humedad de la ciudad portuaria, acceden al interior del edificio donde estampas, documentos, partituras y mapas danubianos de distintas épocas, festejan las jornadas que todos los países de la cuenca —desde las altas tierras del macizo de la Selva Negra del que surge, hasta los territorios de su desemboque, casi tres mil kilómetros después, en el mar Negro— acordaron dedicarle. Y así, este antiguo palacete convertido en 1968 en biblioteca y que, de 1856 a 1948, fue sede administrativa de la Comisión del Danubio, regresa durante unos días a su representatividad fluvial celebrando, entre vetustas decoraciones vegetales, mármoles, boiseries, mosaicos y forjas, el discurrir de las aguas danubianas —ora pardas, ora plateadas— en las que la ciudad se mira y congratula.
No pierde la oportunidad el bibliotecario de mayor edad de hacer un inciso en la historia del Danubio en Galați para dar a conocer a los visitantes procedentes de España —a los que se dirige en un francés excelente— que Vasile Alexandrescu Ureschia, que da nombre a la biblioteca, fue un historiador, escritor y viajero moldavo-rumano, apasionado de España, su cultura y su lengua, al que la Real Academia Española distinguió como académico en la segunda mitad del siglo XIX.
II
Van y vienen las gaviotas sobrevolando el barco-bar que, fondeado permanentemente junto al pantalán, acoge en la práctica terraza instalada en la cubierta a la clientela que se alivia, con helados y bebidas frías, de la ola de calor desplazada a Centroeuropa.
En el puerto, el ferry que hace la ruta Galați-IC Brătianu avanza, despacio, sobre el manso líquido dulce. Una de las mujeres del grupo de viajeros bucarestinos con los que han coincidido en el castrum de Tirighina-Barboși explica a los españoles, que contemplan la salida a río abierto del trasbordador, la tragedia sucedida el 10 de septiembre de 1989, a escasas millas del puerto, cuando el ferry Mogoșoaia, que transportaba pasajeros de Galați a Grindu, chocó, en medio de la niebla, contra un convoy búlgaro compuesto por un remolcador y seis barcazas. De las 255 personas, entre pasaje y tripulación, que iban a bordo del Mogoșoaia, solo sobrevivieron 16, considerándose una de las mayores catástrofes en aguas del Danubio.
Bonita y refrescante foto, que me lleva gratamente al recuerdo de mi excursión en barco por ese mismo río. Hacía calor también.
Es curioso cómo una foto te puede llevar, de inmediato, a un viaje pasado. Pero si además sucumbo a tus letras, a esa manera tan tuya de narrar lo vivido, donde puedo sentir hasta el roce de una manos y mi cabeza se llena de sonidos, voces, risas, silencio, aire, tiempo compartido, vida…..
Y con la mirada voy llenando los huecos de historia, de arquitectura, de tanta belleza en lo que se observa y descubre.
Gracias, Una mirada.
Feliz verano y felices momentos.
Un abrazo grande.
Los instantes retenidos en una fotografía sirven para hilvanar recuerdos e historias que pierden el estatismo de la imagen para convertirse en proyecciones de lugares y gentes que se reviven como si el momento no hubiera pasado. Y es curioso cómo hasta las imágenes ajenas son capaces de incidir en la memoria y traernos vivencias propias.
En alguna orilla del Danubio hay un barco esperando que te subas a él para hacerte descubrir nuevos paisajes.
Gracias a ti y a seguir celebrando el verano.
Otro abrazo.
Por muchos calores que haga en esa parte de Europa no los imagino comparables a los días achicharrantes que hemos tenido en el sur, bien a gusto hubiera bebido ese café frappe que titula la fotografía. Sobre el accidente que nombras, terrible. Estamos acostumbrados que esas tragedias sucedan en el mar y no imaginamos que un gran río puede ser una trampa mortal en caso de naufragio.
Saludos.
JBernal
En Galați, más que el calor (que lo hace) es la suma de las altas temperaturas con la humedad del ambiente, que crea sensación de ahogo. El cambio climático afecta a todas las zonas del planeta, incluso a las que, en teoría, son menos calurosas.
Los accidentes en el Danubio no son novedosos; ha habido varios naufragios con víctimas. En el caso del barco Mogoșoaia hubo muchas irregularidades antes y después del accidente. Desde el gobierno rumano se intentó tapar el número de fallecidos reales, entre otras cosas porque la capacidad del ferry era de 160 pasajeros y estaba sobrecargado. Solo tras la caída del régimen de Ceaușescu, las familias de las personas fallecidas (que eran, casi todas de Galați) pudieron asociarse para exigir responsabilidades.
Salud.
Estupendo relato de un periplo envidiable.
Además de aprender geografía, no tenía no idea de dónde queda Galati, la curiosidad del Vasile Alexandrescu Ureschia. Su interes por España y su cultura, hasta llegar ha ser académico de la Real Academia Española. Curioso.
Yo solo conozco el Danubio a su paso por la ciudad de Budapes. Recuerdo que comparado con cualquier río de España, me pareció un mar.
Felices vacaciones.
Salud.
Pues Galați es la última gran ciudad que baña el Danubio antes de formar el delta y desvanecerse en el mar Negro. Es un río imponente que engrandece las localidades que atraviesa. En libro de Claudio Magris, que menciono arriba, aun siendo denso describe todo el recorrido del río deteniéndose en la historia de las ciudades que hay a sus orillas y un sinfín de singularidades de este río imperial que, como señalas, no es comparable a los ríos de Iberia. Quizás por eso nos asombra más.
Buen verano para ti también.
Salud.
Uno de los mayores accidentes en un rio, que no han sido provocados por inundaciones, o desastres similares, terremotos o volcanes que afecten a un curso fluvial.
Hubo otro accidente a la altura de Budapest con 7 muertos y 21 turistas surcoreanos desaparecidos, que chocó contra otra embarcación más grande.
Ocurrió en 2019.
Por el número de víctimas (239), el ferry de Galați a Grindu tiene el récord trágico del Danubio, aunque la férrea censura de las autoridades rumanas impidieron, en un primer momento, conocer el verdadero alcance del accidente. Del que cuentas cercano a Budapest, recuerdo haber leído la noticia porque, al ser un suceso más cercano en el tiempo, tuvo mucha cobertura informativa.
Muchas gracias, mirada.
Que tenga un lindo y bendecido día.
Paz, salud, saludos.
Gracias a usted, Olivia.
Salud y buen fin de semana.
No he visto el Danubio, pero quizá por eso, para mí es un río que ha sido siempre como de leyenda, como si tuviera algo mágico. Unos parientes vivieron en Belgrado unos años y vi entonces muchas fotos que eran reales, sobre la marcha, pero aun así me sigue pareciendo distinto a los demás ríos. ¡Tiene tanta historia!… Han ocurrido tantas cosas en los países por los que discurre…
Pues sí, es un río imperial cuyo curso está lleno de historia y leyendas y a cuyas orillas se han desarrollado ciudades a las que el gran río ha prestado su magia. No podemos imaginar Ratisbona, Viena o Budapest sin ese río que las baña y sin los magníficos puentes que lo cruzan. Es un río que lo tiene todo.
Qué bonito viaje! Y qué poco sabe uno que vive acá, en el culo del mundo acerca de los lugares, las historias y mitos, que va tocando el Danubio. Claro que algo sabemos, pero es tan ficcional para mí como el cartografiado de la Luna.
Recuerdo que alguna vez me contaste que son tierras que tienen que ver con tu historia. Espero sigas disfrutando, si aún sigues por allí.
Jamás tomé café frappé
Abrazotes!
Bueno, el Danubio no tiene la longitud ni el caudal del río Paraná pero, para lo que es Europa, es uno de sus grandes ríos que cruza territorios imperiales, además de la Viena de los valses.
El café frappé, en verano, sienta de maravilla, con su café, su hielo picado, su nata y mezclado con ron, coco o lo que más te guste.
Cordialidades.
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