«Bajo la aparente calma del agua»: Archivo personal
En los años sesenta, la empresa paraestatal ENHER construyó el embalse de Mequinenza, que anegaría las tierras y parte del pueblo bajocinqueño, siendo trasladada la localidad a otra zona de nuevas edificaciones y con el mismo nombre. Para aplacar al vecindario, que no se oponía a la construcción del pantano pero exigía, a cambio, compensaciones justas, la empresa se comprometió a respetar las viviendas del pueblo viejo que no formaran parte de las zonas a inundar; a realizar catas en la Iglesia de la Asunción y la Casa Parroquial para establecer, según su estado, si quedaban en pie o eran derruidas; a indemnizar sin dilaciones y correctamente a los vecinos expropiados y a contratar en obras de la ENHER a aquellas personas que, dedicadas a labores agrícolas o mineras, perdieran su trabajo al quedar sus tierras bajo el agua y las vetas inoperativas. Pero finalizado ya el pantano y a punto de abrirse las compuertas hidráulicas, el incumplimiento de las promesas soliviantó a parte del vecindario mequinenzano. “Trasládense y recibirán la indemnización”, decía la empresa. “Cumplan lo pactado y nos iremos”, respondían las treinta y ocho familias díscolas que se negaban a abandonar sus casas mientras no se solucionara su futuro.
Entre quienes se mantenían en sus trece estaba mosén Eduardo, el cura del pueblo, que, solidario con los vecinos rebeldes, se negaba a trasladarse a la Casa Parroquial del pueblo nuevo, a la vez que protegía la iglesia de la picota que sabía caería sobre ella si él abandonaba. Toda vez que la vivienda del cura había sido expropiada en 1969, los directivos de la empresa denunciaron la actitud del sacerdote ante el todopoderoso arzobispo de Zaragoza y recalcitrante defensor del Glorioso Alzamiento, Pedro Cantero Cuadrado, que mandó llamar a Eduardo Royo en septiembre de 1970 exigiéndole abandonar la vieja vivienda sacerdotal, orden que se negó a acatar mosén Eduardo mientras, dijo, “no haya salido el último vecino del pueblo viejo”.
Los tira y afloja entre el arzobispo, conchabado con la ENHER, y el sacerdote Eduardo Royo y los vecinos se mantuvieron hasta enero de 1972, cuando un ultimátum del arzobispo llevó al mosén a atrincherarse en la Casa Parroquial acompañado de los curas párrocos de Fabara, Maella y Nonaspe. Las amenazas del jerarca católico y la empresa llegaron a tal punto que, para coaccionar a los encerrados, se subió el nivel del agua hasta la altura del suelo de la iglesia. Pero Eduardo Royo y sus tres compañeros, a los que se habían unido otros sacerdotes de la zona, no transigieron.
El 9 de abril de 1973, el arzobispo Cantero Cuadrado autorizó, con un mandato del Gobernador de la provincia, la entrada por la fuerza de la Guardia Civil en la vivienda del cura, de la que tiraron la puerta abajo desalojando sin contemplaciones a mosén Eduardo y a quienes en ese momento compartían con él encierro voluntario. El cura se trasladó, entonces, a una casa del pueblo viejo de Mequinenza y continuó celebrando misa en el antiguo templo.
Destituido de su cargo por Cantero Cuadrado el mismo día que se abría al culto la iglesia recién construida en el pueblo nuevo, Eduardo Royo todavía tuvo el arrojo de enfrentarse a su superior eclesiástico celebrando, a las 12 de la mañana del 16 de septiembre de 1973, la última misa en el Mequinenza amenazado, a la vez que se inauguraba el pueblo nuevo de Mequinenza, en cuya plaza principal, sin apenas mirones, se concentraron autoridades civiles, militares y eclesiásticas…
Y dicen que, aquel día, en el pueblo viejo de Mequinenza, el templo condenado al derrumbe y dedicado a Nuestra Señora de la Asunción, donde Eduardo Royo celebraba la última Eucaristía, estaba a rebosar de fieles y curiosos.
En junio de 1974, la Dirección General de Obras Públicas dio la razón a los vecinos que, durante años, habían reclamado las indemnizaciones que les correspondían. En 1980, la antigua iglesia del pueblo viejo, construida en 1803 y de la que había sido párroco mosén Eduardo, fue derribada. Sus cimientos todavía son visibles.



Así eran las cosas en aquellos tiempos. ,»Porque yo lo digo y porque yo lo mando». Tiempos para no olvidar.
Salud.
Así es. Por eso resulta admirable que un cura le echara narices y se negara a pasar por el aro.
Salud.
Los poderosos a veces son los más fáciles de comprar, y como tienen más que perder, terminan haciendo causa común contra los que tienen más honestidad que dinero. Tawaki.
Por eso precisamente los sucesos de Mequinenza, vistos con los ojos de ahora y sabiendo contra quienes se enfrentaban el cura y los vecinos reclamantes, son actos de valor en una época poco propicia para ello.
Muy interesante este relato. Saludos.
Graciasssss.
Salud.
De nada, un abrazo. No ha parado de llover en Valencia, como esta el tiempo por alla?
Ayer por la tarde llovió un poco pero hoy ha salido el Sol. Por un lado da rabia, pero, por otro, la lluvia va llenando los pantanos y es positivo.
Buen finde!!
Si, igual aquí, hoy hace calor y mucho sol, nos gusta porque nos gusta vivir en la calle, en las terrazas y bares así que nadie se queja, pero esta humedad… Buen finde!
Que curas había en aquella época…
Tú lo sabes mejor que yo; había curas con un compromiso social firme y a ello estaban encaminadas sus acciones.
Quizá fueron producto de la represión franquista, que nos hizo reaccionar a muchos y reflexionar sobre la situación que vivíamos.
…y que los sesenta fueron tiempos de revolución, cambios, toma de conciencia e ilusiones nacientes.
Como me recuerda esta historia a otras similares, aunque sinceramente esta no la conocía.
Jánovas y Lanuza son las que más conozco, la primera por parte de la bloguera, escritora, historiadora y cuatro años directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno autonómico de Aragón Marisancho Menjón, y el segundo pueblo arrasado por otro pantano por la bloguera fallecida Angelines Allué (Trimbolera)
En Aragón sabemos, antes y ahora, lo que supone enfrentarse a los pantaneros, aunque en el caso de Mequinenza, estos vecinos y el cura no se oponían a la construcción del embalse, sino que demandaban lo que se había prometido a cambio de abandonar el pueblo que se iba a inundar.
A Marisancho, la conozco, y de Trimbolera me acuerdo muchas veces.
💚
Gracias!!
🖤🤍
Merci!!
Qué tristeza me producen estos episodios que (si no con la valentía del mosen Eduardo), se repitieron en todas las regiones haciendo a los habitantes abandonar sus casas y sus tierras. Aunque fueran indemnizados o les dieran otras, no eran las suyas, las que habían heredado de sus ancestros.
No sé si conoces la historia de Granadilla, un pueblo abandonado de la provincia de Cáceres, precioso para visitar. Se trata de un pueblo abandonado a la fuerza por sus habitantes, porque iban a construir el Embalse de Gabriel y Galán. Finalmente, el embalse llegó pero no hizo falta anegar Granadilla, que quedó solo, abandonado sin necesidad y sin embalse, que llegó a tan sólo unos metros. De pena.
Abrazo de finde
Conocí lo sucedido en Granadilla gracias a ti, que en otro post escribiste sobre ello y, a partir de ello, fui ampliando la información. En este caso, el embalse de Mequinenza (el más grande de Aragón) no fue el detonante de lo que después sucedió sino las malas artes de la empresa ENHER que convirtió aquello a lo que se había comprometido en papel mojado. Aquí la gravedad estuvo en cómo un arzobispo se alió con una empresa para acallar las justas reclamaciones de las personas damnificadas y accedió a sacrificar una iglesia que, en principio, no estaba dentro de los edificios afectados, pero que, al ser inundada para coaccionar al cura encerrado, sufrió daños irreparables que obligaron a su derribo.
Abrazos y muy buen fin de semana.
ayyyy que me repito como los ajos :-))
y por cierto… «… con la Iglesia hemos topado» , la humildad del Maestro se perdió con los años entre el oro de los altares…
Que no, que no, que a estos temas, como el de Granadilla, ha de dárseles máxima publicidad, para que quienes no se han visto nunca en esa tesitura conozcan el drama oculto detrás de tantos pantanos y sepan los desmanes que tantas veces se cometen en nombre del «bien común». Treinta años, ¡¡¡treinta!!!, hemos estado por aquí luchando contra la construcción de un pantano que hubiera hundido el futuro de quienes viven y desarrollan su trabajo a orillas del río Gállego, así que sé de qué va la cosa.
A eso se le llamaba y se le sigue llamando poderes fácticos, sean la banca, empresas, medios de comunicación y por supuesto el más poderoso, la iglesia, aliada histórica del poder allá por donde vaya. Valiente mosén Eduardo y sus compañeros párrocos que se unieron a él. Y vergonzante la actitud del arzobispo frente a las justas reclamaciones de vecinos. Conviene recordar estos episodios para las personas de memoria… digamos… selectiva. Un abrazo.
El arzobispo Cantero Cuadrado (del que tengo preparado algún artículo más) fue una «enfermedad» en la Iglesia Aragonesa; sus enfrentamientos con el clero a sus órdenes fueron constantes; muchos sacerdotes, hartos, terminaron secularizándose; a otros, los expulsó del sacerdocio. A los obispos aperturistas, como era el caso del de Huesca, Javier Osés, les hizo la vida imposible. Hasta los seminaristas se rebelaron contra ese jerarca de ideas preconciliares. Me decía un día un excura ya fallecido que, con sus actuaciones, Cantero Cuadrado consiguió que muchos sacerdotes se adscribieran a la Teología de la Liberación.
Otro abrazo.
Buen puestos los tenía el mosén Eduardo, así se defiende lo tuyo aunque no ganes. Cuantas historias similares hay por esta España muestra. He visto que ha salido a relucir la nuestra, no se si conoces el pueblo, te dejo el enlace.
http://asimegustaelmundo.blogspot.com/2012/01/granadilla-el-pueblo-abandonado.html
Quien le hiba a decir a Granadilla que se haría famosa por esta historia y muy visitada, sigue igual. Estuvimos hace poco con unos amigos.
Buena semana.
Un abrazo.
Estuve ampliando, hace tiempo, información sobre Granadilla; esas imágenes tuyas lo describen mejor que cualquier texto. Es mirarlas y sentir, porque, pese a que los sucesos de Granadilla se han repetido en tantos lugares de nuestro país, jamás se habitúa uno a las injusticias.
Muy buenos días para ti también.
Salud.
Perdón por es hiba. corrijo Iba. Lo siento.
Un abrazo.
No te apures por eso.
Otro abrazo.
Lamentable suceso.
Por aquí ha pasado mucho durante la última Dictadura Militar (1976-1982), tanto es así que no sólo con pueblos o barrios, sino también lo ha sufrido mi querido San Lorenzo de Almagro, cuya historia está marcada por expropiación y demolición del Viejo Gasómetro (el antiguo estadio del cub).
La excusa fue que los milicos tenían la necesidad de abrir una calle justo donde se encontraba el estadio, y para eso extorsionaron a través de la violencia, amenazas y con coimas a los dirigentes de ese entonces. ¿qué sucedió? La calle nunca se abrió y el predio (ya con estadio demolido) fue entregado a la firma francesa Carrefour.
Recién en esta última década San Lorenzo pudo volver a obtener los terrenos, a través de la diplomacia y la lucha de sus socios e hinchas. Veremos cómo hacer para construir nuevamente, y por tercera vez, un estadio.
Abrazos
Frodo
Especular con lo ajeno y fastidiar al prójimo suele ser bastante común entre quienes ostentan poderes ilimitados. Después, cuando nada de lo previsto se lleva a cabo, ahí e las compongan las personas perjudicadas, porque quienes cometieron las fechorías se van de rositas.
Cordialidades.
Aunque tarde, apuntar que la iglesia fue derribada en agosto de 1980.
Saludos
Pues muchas gracias por el dato.
Salud.