“La edad de la inocencia”: Archivo personal
En la década de los sesenta, cuando todavía los aparatos de radiodifusión ocupaban el lugar de honor en los hogares, Radio Zaragoza empezó a emitir un programa navideño que tenía como protagonista al Pájaro Pinzón; se trataba de una avecilla que ejercía de corresponsal de los Reyes Magos en Aragón, observando el comportamiento de la grey infantil y trasladando sus conclusiones semanales a Radio Zaragoza, donde, entre trinos que, naturalmente, sólo podía comprender la locutora, daba cuenta de las buenas acciones de Fulanito y las barrabasadas de Menganita, cuyos nombres terminaban inscribiéndose en sendos libros: el Libro de Oro y el Libro Negro del Carbón.
En el Barrio, la chiquillería escuchaba, no sin cierta aprensión, la retahíla de nombres intercalados en uno u otro libro; en ocasiones, la rabia y la vergüenza se apoderaban de quien se reconocía como el niño que se hacía pipí en la cama o la niña que no ayudaba a su abuela a recoger leña para la estufa; en otras, un niño obediente o una niña estudiosa escuchaban, emocionados, cómo Pinzón, traducido por la presentadora, gorjeaba sus filiaciones escritas en el anhelado Libro de Oro. Ni unos ni otras sabían que era Agustín del Correo, conchabado con las familias, quien ejercía, mediante cartas semanales, de chambelán voluntario de aquel pajarito acusica al que nada se le escapaba. Y, aunque el programa dejó de emitirse, Agustín del Correo mantuvo en activo a Pinzón, atribuyéndole, además, la capacidad de transformarse en cualquier ave que revoloteara o viviera en el Barrio, ya fuera la querida Bascués —la cigüeña vieja—, el búho de Casa Berches o cualquiera de los patos que la señora Camila paseaba entre las hierbas del arcén para que se alimentaran de caracolas de tierra.
…y aún sigue Pinzón —sobreviviente al inolvidable Agustín— instalado en cualquier parte, oteando, desde el primer día de diciembre, a su tercera generación de insaciables pedigüeños infantiles del Barrio.
Sin duda una historia bien bonita, pero, lo mejor, el título.
Pues muy agradecido por tan generosa apreciación.
El pájaro Pinzón era efectivamente Agustín, pero la voz era de la locutora Pilar Ibáñez, del programa navideño “El pajarito Pinzón” que patrocinaba el antiguo “Bazar X”. Creo recordar que falleció el año pasado.
Gracias por los datos que adjuntas, Emilio. El pajarito Pinzón ha trascendido, sorprendentemente, más allá de sus patrocinadores y su maestra de ceremonias, impulsado por el recuerdo de quienes, en su niñez, lo escucharon.
Raro es que el pájarito y su intérprete salieran vivos de aquella época, con una chiquillería tan mosqueada.
Quizás salió todo bien porque se trataba de otra época… Hoy en día no sería ni correcto ni legal avergonzar públicamente a un menor.
Grande ese tipo de personas que se atrevían a avergonzar a los niños.en público, al menos una semana o dos entraban en entendederas juas y rejuas..
(Hoy lo lincharíamos)
Lo asombroso es que, cincuenta años después de esos “primeros vuelos” del pajarito chivato, todavía puede escucharse en algunas casas: “Mira que como les cuente Pinzón a los Magos que no te has comido el pescado…” Y en un alto porcentaje, la mención al ave funciona.
No llegué a escuchar el programa del pajarito Pinzón sin embargo oí hablar mucho de él y seguro que cierta ornitofobia sí me daba. Cuántos rcuerdos infantiles vienen a la mente, ¿verdad?
Felices Navidades, Mirada, y un venturoso año 2017.
Besos.
No siempre resultaba simpático el pajarito chafardero…
Mis mejores deseos para ti en estas vacaciones y en el año que se nos viene.
Un abrazo.