“Robellones”: Archivo personal
Apenas el alba desveló los familiares recovecos del paisaje, se pusieron en marcha las muchachas. “Ya podemos darnos prisa, porque a media mañana la niebla rozará el suelo”, apremió Iliane.
Cruzaron por la estrecha y húmeda repisa del paramento del azud y bajaron por el aliviadero de la otra orilla para continuar por la pedriza hasta el casetón de herramientas de la hidroeléctrica, a dos kilómetros y medio del Barrio; treparon por el sendero arcilloso hasta alcanzar el camino de hojarasca que bordea las espectaculares paredes rocosas que encajonan el barranco y salvaron, ya con leve agitación respiratoria, el pronunciado y resbaladizo desnivel que remonta hasta la compacta masa arbórea del Pinar de la Fontaneta, a unos cuatro kilómetros empinados desde el azud. [La denominación fontaneta —fuente pequeña— se debe a un manantial, ahora seco, que, en tiempos, se consideraba de aguas milagreras; decíase que una mujer estéril que humedeciera sus partes pudendas con agua de la fontaneta convertíase en fecunda por mor de las extraordinarias propiedades del líquido elemento.]
Cuando la niebla, con tintes azulados, descolgóse hasta lamer las abrigadas pantorrillas de las muchachas, ya alcanzaban ellas el Barrio; cansadas pero felices, con la cesta bien surtida de robellones.
A sido verlos y se me ha abierto el hambre, ¡pero que ricos!
Hoy en día ya son ganas de visitar la fuente y subirse el refajo, ¡con el frio que hace!, y ¡con la de ginecólogos que hay!
Asadicos y con un toque de aceite, ajo y perejil, están… Pero me tiran más las setas de cardo.
Seguramente esas mujeres de antaño, usuarias del agua de la fecundidad, pensarían lo mismo si vivieran en nuestra época.
Ese recorrido que cuentas con tanto detalle será más llevadero con el premio de los robellones. También me gustan las de cardo, son un bocado más fino.
Que tengas un buen fin de semana.
…y la cantidad de personas que pululan por el monte —ahora, con la regulación de los terrenos micológicos, con una mejor actitud por el paisaje— en busca de todo tipo de setas.
Buen y relajante finde, Pili, maja.
Efectivamente son mejores las setas de cardo o las setas de carrerilla o carrereta, pero que buenos están los níscalos, pero este año me he quedado sin probarlos, 22 a 26 euros el kilo lo hacían prohibitivo.
Buen margen de beneficio se llevan los comerciantes; nada que ver con la miseria que pagan a quienes los recolectan.
Fuente y fecundidad… Por ahí ha quedado la sombra de algo muy ancestral, de antiguas creencias que no han podido ser borradas por el culto imperial…
Ciertamente. En este caso es el agua, sin embargo, por estas tierras, los ritos de fecundidad están relacionados, sobre todo, con rocas y cuevas.
Si te imteresa el tema, aquí te dejo un interesantísimo enlace a un estudio de una persona a la que admiro muchísimo y que, desgraciadamente, ya falleció:
Piedras y Ritos de Fertilidad en el Alto Aragón.
Y a las serpientes se les vinculaba en aquellos círculos con la fecundidad…
Gracias por el estudio, ten por seguro que lo voy a leer con mucho gusto.
Salud!
Un mundo este, el de las creencias reconvertidas en tradiciones inocuas, que sucesivas generaciones han logrado mantener a través del tiempo, como recuerdo colectivo de una época remota.
Salud. Siempre.
Pocas setas tenemos por aquí y menos aun este año, con lo poco que ha llovido.
Hay especies que, aun con pocas lluvias, salen a flote gracias a la humedad del terreno forestal, aunque eso supone que la temporada de setas se retrasa hasta finales de noviembre.