“Lucernario”: Gorka Zarranz Fanlo
Entre el 4 y el 11 de julio de 1937 tuvo lugar en España el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, en el que el Olimpo literario antifascista de la época celebró —en Valencia, Madrid y Barcelona— diferentes reuniones y ponencias para difundir su inquebrantable apoyo a la República sacudida por un año de guerra cuyo final y posteriores consecuencias ninguno de los afamados conferenciantes podía intuir.
A Barcelona acudió un joven Octavio Paz, recién casado con Elena Garro; en su carpeta llevaba un desgarrador poema escrito días antes, cuando le llegó el doloroso rumor de la muerte, en el frente de Aragón, de su amigo del alma José Bosch.
José Juan Bosch Fontseré, el amigo de Paz, nacido en Sant Feliu de Codines, en 1910, llegó a México con su familia en 1913. Instalaronse los Bosch en Iztapalapa, donde el padre, que había militado en España en la CNT, puso un establecimiento de venta de leche.
En 1929, un ya beligerante José Bosch, coincide con Octavio Paz en el mismo centro de estudios, compartiendo pupitre y una naciente amistad. “A él le debo mis primeras lecturas de autores libertarios. Yo le prestaba libros de literatura -novelas, poesía- y unas cuantas obras de autores socialistas que había encontrado entre los libros de mi padre”, escribiría Paz años después.
Bosch se convierte en indiscutible líder estudiantil, promotor de huelgas y altercados con las autoridades educativas. En 1930, una protesta universitaria, encabezada por José Bosch, contra el gobierno mexicano —aprovechando la visita de unos estudiantes de Oklahoma— tuvo como consecuencia la expulsión del país del joven anarquista, que acabaría dando tumbos por España —de donde también fue expulsado— Francia, Alemania y Argentina, dejando a su paso su impronta ácrata. Finalmente, y gracias a la mediación de su padre desde México, José Bosch consiguió que las autoridades españolas revocasen su expulsión. Al iniciarse la guerra (in)civil, no tuvo dudas y se alistó en las milicias del POUM.
Aquel julio de 1937, en Barcelona, con su Elegía a un compañero muerto en el frente de Aragón temblándole entre las manos, se dispuso el poeta a leer su homenaje al amigo fallecido. Entonces, al levantar la cabeza, cuando, en palabras del propio Paz, “dirigí la vista hacia el público: allí en primera fila estaba José Bosch”. Los ojos de ambos se encontraron unos segundos. Había asombro en los de Paz y súplica en la mirada de Bosch, que abandonó la sala rápidamente. Cuando, acabado el acto, Octavio Paz y Elena Garro se dirigieron al exterior, un nervioso José Bosch interceptó al poeta; le contó que los comunistas estaban masacrando a anarquistas y poumistas, que su vida corría peligro y que necesitaba urgentemente que le gestionara un pasaporte mexicano para salir del país. Paz recordaría que “le dije que esa misma semana me iría de España. Me contestó: Dame el número de tu teléfono, te llamaré mañana por la mañana”. La llamada no se produjo.
Nunca volvieron a verse ni a comunicarse.
José Juan Bosch Fontseré sobrevivió a la razzia comunista, a la guerra y al franquismo. Nunca corroboró o desmintió lo sucedido aquel día de 1937 en su encuentro con el poeta mexicano.
Se cree que falleció en 1991.
«Has muerto, camarada,
en el ardiente amanecer del mundo.»
BIBLIOGRAFÍA
Octavio Paz: El misterio de la vocación, de Ángel Gilberto Adame López.
Desde ese Congreso hasta el 91 hay muchos años como para que Bosch no se pusiera en contacto con Octavio Paz al que no sería muy difícil localizar. Es raro, ¿no crees?
Al parecer, Bosch, que retomó el contacto epistolar con su familia de México en los años setenta, se sintió traicionado por Paz en aquel encuentro en Barcelona y con el posterior cambio de postura ideológica del poeta; llegó a escribirles a sus sobrinos: “Nada de amistad con Octavio Paz. Al contrario“.
Muy radical parecía. Los amigos no tienen por qué compartir siempre nuestra ideología.
Ambos fueron dos jóvenes muy activos contra las imposiciones, aunque sus ideas revolucionarias tomaron sendas diferentes con la guerra. No es extraño que Bosch, cuyas ideas podían costarle incluso la vida, considerara que Paz había terminado instalándose en la tibieza. O, tal vez, el episodio que narra Paz, cuando su amigo fue a solicitar su ayuda, no se desarrolló en los términos que cuenta el literato.
ja ja ja ja….¡Menuda cara se le quedaría a Octavio Paz al verlo!
Tuvo que ser un anarquista de cuidao, de los de sin medias tintas.
Kisssss y Kissss
Unos instantes para recordar cada día de la existencia del poeta. Por eso no resulta extraño que Paz no supiera exactamente dónde ubicar esa elegía.
Bosch tuvo unas circunstancias difíciles desde su expulsión de México; quizás por ello se aferró todavía más a sus convicciones.
No conocía a ninguno de los dos, ni a Paz, ni a Bosch, ahora no puedo decir lo mismo, hay mucha información al respecto especialmente sobre Octavio Paz. por supuesto tampoco sabía que fue Premio Nobel de Literatura en 1990.
He leído unos cuantos poemas suyos : Entre Irse y Quedarse, Destino del Poeta, Bajo tu Clara Sombra, Libertad bajo palabra, Viento, El pájaro, El sediento… observo que son muy variados en su contenido.
He leído que Paz al principio estaba entre la tradición anarquista y la comunista y como consecuencia de su amistad con Bosch se adhirió claramente al anarquismo.
Los estudiosos de Paz aseguran que es un escritor más criticado que leído; fue un gran polemista que se metía en cualquier jardín consiguiendo levantar polvaredas con artículos que publicaba en los periódicos y donde, con ese enciclopedismo suyo, se lanzaba a criticar aspectos que molestaban a una gran mayoría.
Y sí, Bosch influyó mucho en su filosofía de vida cuando ambos eran jóvenes, aunque Octavio Paz ya poseía un gran bagaje en el terreno revolucionario, dado que su padre fue colaborador de Emiliano Zapata.