“Viento y nieve”: María José
Golpea el cierzo las gabarderas[*] ateridas que festonean el camino terroso que lleva al antiguo nevero. En el repecho de arriba, cobijadas de la furia del aire tras un solitario farallón, jadean las caminantes, apenas una franja de rostros enrojecidos entre gorros bien encajados y tapabocas. Brama el viento. Aúlla y amenaza. Aguarda, embravecido, a sus acorraladas presas. Cuando por fin, corcovadas, las figuras femeninas inician el descenso hacia el abrigo de los muros de las casas, arremete el vendaval contra sus víctimas, en mortificante zarandeo que las hace trastabillar, las agrupa, las aleja. Mas ellas, con el ánimo engallado, aprovechan el impulso ventoso para ganar el chaflán de la primera morada.
NOTA
[*] En arag., se denomina así a los rosales silvestres cuyo fruto es la gabarda o escaramujo.
¿Las Tejedoras?
Alguna habría, seguro.
Gabarda, escaramujo o tapaculos.
Sí, es una planta medicinal que recibe muchos nombres.
No nos dices a que habían subido, porque el tiempo no parecía estar para excursiones.
Salen a caminar, dependiendo el trayecto de las condiciones meteorológicas.
Como se diría por aquí; “¡estas caminantas no le temen ni al viento ni al agua!”.
Claro, que tu lo dices infinitamente mejor y con más poesía:)
Abrazos
Un abuena caminanta ha de sobreponerse a cualquierw obstáculo, 😀 .
Abrazos, poeta (que tú sí lo eres).
Caminanta, no hay camino…..
…se hace camino al andar… Y la de caminos que se forman a cuenta de ir, volver, pasar, traspasar…
A la vuelta de las caminantes les hubiera sentado bien un preparado de escaramujo con miel para los primeros síntomas del resfriado.
Buen domingo.
Un mejunje delicioso, seguro.
Buena semanita.