“Dormidero de alimoches”: David Gómez
«[…]creo que cada día me gusta más la compañía de un silencio roto sólo de vez en cuando por la fugaz ráfaga del vencejo real, del ladrido lastimero de un zorro, del graznar de las chovas piquirrojas o… por el inconfundible rodar de unas piedras al paso de un grupo de cabras asilvestradas atravesando una pedriza rota en miles de pedazos. Y, aunque la vegetación es 20 años más vieja que cuando la vi por primera vez, apenas uno sabe distinguir su crecimiento en tachos, chinebros y pinarras.
Confieso que estar a solas enfrente de un cortado rocoso leyendo los excrementos de águilas, halcones y buitres, aunque en ello me haya dejado la vista, es. algo tan gratificante como ver a los pájaros de acero (quebrantahuesos) descender a los pedazos de comida que uno les pone al borde de un cantil. Y es que los ojos de estos pájaros, de un impresionante color sangre, llegaron a hechizarme de tal manera que fueron los responsables de que uno eligiera esta intrincada sierra altoaragonesa y no otra plaza cuando aprobó las oposiciones de Agente para la Protección de la Naturaleza.» – David Gómez Samitier (Barbastro, 1963- inmediaciones de Barbastro, 2005), naturalista, fotógrafo y agente forestal del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara.
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A poco más de media altura entre el arco superior del espléndido tafoni y la caprichosa cresta del cantil, reposaba, casi mimetizado con la roca parda, un ejemplar de avión roquero que inició un vuelo ascendente menos de un minuto después de la arribada del grupo, sin tiempo para que las cámaras fotográficas retuvieran la imagen del robusto pájaro de manto amarronado y cola recta, apenas ya una masa oscura en las alturas compartidas con las cuarteadas nubes manchadas de sepia. A unos cien metros de la formación geológica —allí donde la música del Alcanadre alcanzaba los oídos—, una rata de agua muerta y aprisionada en el barro ligeramente humedecido parecía señalar la ruta que llevaba hasta una hilera de piedras de tamaño medio que, a modo de resbaladizo puente, facilitaban el cruce —en equilibrios salpicados de goterones de agua— a la otra orilla. Y en el campo de arriba, accesible tras ascender por el desnivel arcilloso, él, el almendro solitario, saludando el esfuerzo con los destellos de despedida del Sol en los matices róseos de sus apresuradas flores de falsa primavera.
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Tras salvar dos acequias invisibles bajo mantos de hierba, descanso cronometrado junto al carrascal, frente al graderío geológico sobre el que planean los buitres que David Gómez Samitier amara, alimentara y fotografiara en el mismo sendero que lleva su nombre —Ruta de David Gómez— antes de que un fatal accidente automovilístico cercenara sus sueños, los de su mujer y sus dos hijas.
Cuando Miguel Delibes de Castro, el hijo del escritor, dirigía la Estación Biológica de Doñana, siempre pensé cuanto de este trabajo tan ilusionante estuvo influenciado por el amor a la Naturaleza de su padre.
Seguramente, Senior citizen, porque cuando se educa en el respeto y valoración de la Naturaleza el poso permanece.
Dentro de poco se cumplirán 8 años del triste acontecimiento.
Escribió unas cuantas obras sobre su trabajo, entre ellas, Huesca foto a foto, Pájaro de barro y Guía de rapaces de Aragón.
Trágico final el de esta joven pareja y sus niñas. David permanece vivo en sus fotografías y escritos, que es otra manera de vivir.
Qué terrible. La familia entera, En verdad triste:(
Su alma,, al menos una parte queda en sus fotografías y en esa tierra que tanto amó.
Abrazos
Así es, Trini; queda su legado.
Unos amigos y vecinos murieron lo mismo, el matrimonio y dos hijas, pero con el agravante de que dejaron otras dos que no habían ido en ese viaje y que perdieron a toda su familia de golpe.
Son situaciones durísimas en las que no existen palabras ni abrazos suficientes para reconfortar a quienes pasan por ellas.
Pena por el, por su familia y porque era una persona respetuosa con la Naturaleza, personas de las que en este país no andamos sobrados.
…pero es que hay quienes todavía no han descubierto que los seres humanos SOMOS naturaleza, formamos parte de ella y nuestra supervivencia depende del entorno del que procedemos.
Muy cierto, pero no todos lo ven así y para ellos la naturaleza es algo ajeno y sin importancia.
Tienes razón; también campan la indiferencia y el destrozo.
Me has descubierto la palabra TAFONI y lo q significa en el paisaje, he encontrado fotografías impresionantes.
Qué fatalidad del forestal y su familia.
Salu2.
El paisaje posee un rico vocabulario para definir sus fantásticas y diferentes morfologías; son vocablos que, ante la visión de aquello que designan, terminas aceptando que únicamente de esa manera podría llamarse tal o cual estructura.