“Lament”: Bev Hodson
De los nueve años que pasó Elisa en el monasterio de las Clarisas de Bautzen le quedan la capacidad de abstracción, unas habilísimas manos de artista y el apelativo de Hermana Marilís con el que se dirigen a ella quienes la conocen. Añádanse su frugalidad y su pericia para implicar a todos cuantos se cruzan en su camino en las más variopintas causas y se tendrán los apuntes definitivos para conformar el retrato de esta ex-monja que arribó al agnosticismo desde el recogimiento y la deprecación.
En la Place d’Arménie de la Ville Rose, a pocos metros de la vivienda de la Hermana Marilís, un grupo de turistas se detiene junto a la Fontaine Évasion que rinde homenaje a la histórica aviación de la ciudad que conquistó las rutas celestes. Arturo Saura, autor del monumento, fue un niño del exilio, hijo de republicanos españoles, al que mimó y amó, como si de su propio vástago se tratara, la injustamente olvidada maestra Pilar Ponzán, hermana, amiga y extraordinaria colaboradora de uno de los grandes luchadores por la libertad, el anarquista Paco Ponzán Vidal, a quien la villa de Toulouse dedicó un Paseo en reconocimiento a su labor en la Red de Evasión Ponzán, cuyos excelentes oficios salvaron la vida de cerca de 3000 personas. Pilar Ponzán, autora de un imprescindible libro sobre esa época, documentó pacientemente todas las acciones que llevó a cabo el Grupo Ponzán para salvar a perseguidos por la Gestapo, con la vana esperanza de que, una vez finalizada la contienda europea, los aliados ayudaran a los republicanos españoles a derrocar a Franco. No hubo tal correspondencia aunque sí gratitud y nombramientos honoríficos hacia los hermanos Ponzán y los integrantes de su red anarquista por parte de los gobiernos de Francia, Inglaterra y EEUU.
La Hermana Marilís, nacida en Oloron-Sainte-Marie y nieta de un anarquista español que colaboró con la Red Ponzán, diseña y borda elementos decorativos sobre cualquier tipo de tejido, actividad que compagina con su oficio de cocinera en una residencia para personas mayores. Su casa, que comparte con un sobrino, profesor universitario, es tan minimalista que se diría una prolongación de la sobria celda de la casa conventual de Bautzen, lugar al que apenas hace referencia cuando sale a colación su estancia en Alemania.
Cada 17 de agosto, la Hermana Marilís viaja hasta la vecina localidad de Buzet-sur-Tarn para depositar un ramo de flores junto al monolito que recuerda a los asesinados y quemados por los nazis en un bosque de las inmediaciones; es, también, un tributo a su abuelo que, mientras vivió, se mantuvo fiel a la cita con el compañero que pagó con su vida la defensa de sus convicciones.
ANEXO
Documental: Francisco Ponzán, el resistente olvidado (subtítulos en castellano).
Cuentas las cosas de una manera que atrapa y te deja esperando más.
Cuántas cosas descubro aquí, cuántas cosas desconozco y de que manera tan amable voy conociéndolas.
Te doy las gracias por estos pasajes que nos dejas y por esas personas que extraes del semiolvido o del, en mi caso, del total desconocimiento.
Abrazos
Las gracias debo dártelas yo, Trini, por interesarte por estas antiguas historias y comentar.
Más abrazos.
Estoy de acuerdo con Trini y me uno a su agradecimiento: De este blog nunca se sale con las manos vacías. Yo, en concreto, desconocía esta parte de la historia que, lógicamente, no tuvo cabida en los libros que estudiábamos en la época del franquismo.
Y me llama mucho la atención el reconocimiento y el respeto que tantos españoles reciben fuera de su tierra y que en nuestro pais ni la democracia ha restituido.
Un abrazo
….es que en la historia los personajes de relumbrón no son necesariamente quienes se dejaron jirones de piel por una causa, que a estos últimos ya se encargan de enterrarlos en el olvido. Ponzán sigue siendo un desconocido -o un olvidado- hasta en su propia ciudad, Huesca.
Otro abrazo para ti, Luz.
[P.S.- Y chicas, chicas…, no os aliéis contra este pobre minino…]
A los anarcos si se les menciona es para contar que si hicieron tal o cual barbaridad o para acusarlos de colaborar con el franquismo. Mira que costó que Huesqueta reconociera al maestro Acín. Se deben pensar que con tener un anarquista recuperado como artista de valía ya han cumplido con el cupo.
Hay un libro sobre la represión contra los docentes republicanos, muchos cenetitas, que da una idea del ensañamiento que hubo contra quienes se consideraba que más podían influir a favor del pensamiento libre.
Sí, fue una buena escabechina. No sé si en tv han emitido el documental La escuela fusilada; si no lo has visto, en youtube se halla dividido en seis partes. Merece la pena.