«Descenso del Cinca»: I. Casasnovas
…hubo un tiempo en que los bosques del valle soñaban ser modestos bajeles nabateros firmemente asidos por los brotes de sarga los cuerpos descortezados, deslizándose, ya mecidos por la exasperante suavidad del meandro, ya en doliente balanceo sobre el bravo líquido hídrico, lamidos abetos y pinos hasta el corazón por las acometidas insolentes del agua, mientras la pericia de los hombres, majestuosos guardianes del preciado tesoro maderero -manos sobre el largo remo, piernas indiferentes a las lanzadas acuosas-, sorteaba piedras y sedimentos. Por el camino del río.
HIMNO NABATERO.- La Orquestina del Fabirol
«Zinca traidora, Zinca traidora
que as piedras amuestras
y os ombres afogas.
Por o barranco de Biembro
puya Felipón d’a Flor
con a estral bien esmolada
d’o ferrero Lorenzón.
Se sentiban as estrals
trucando en a madera
y cayeban firmes trallos
rodando por a ladera.
Denzima de dos conchez
se ban adobando os trallos,
se fan mortesas y estachas
y o ligallo pía os trampos.
Ya ye clabau o ropero,
ya ye colgau o salau
y os boticos plens d’esprito
que augua ya en tenemos prou.
Zinca traidora, Zinca traidora
que as piedras amuestras
y os ombres afogas.
En a escorra Plantapera
una galta ye amorrada:
sesentén abozinau
u entena que ye prou larga.
Y o puntero de debán
escazila ta os d’atrás,
pero espeta o coderón:
«a yo rai, dixa-me estar».
Ta salir d’o contornillo
cal ubrir os lapazons,
abuchar dende a nabata
y mullar-se os calzons.
S’ha perdiu algo de broza
pero encara en queda bin,
tornarén a nabatiar
que o río ye o camín.
Zinca traidora,Zinca traidora
que as piedras amuestras
y os ombres afogas.
En llegando a l’Entremón
¡enzierta bien, Pallaruelo,
ta pasar o foricón
sin rader-nos o tozuelo!
Poqué a poqué, alacando,
s’arrima a nabata a o canto
y apañando a peirada
a luz ya se ba amortando.
Os pantanos nos afogan,
ya no baixan os dobleros,
pero Zinca serás siempre
o gran río nabatero.
Ya no trucan as estrals,
sólo se siente o silenzio,
pero Zinca serás siempre
o gran río nabatero.
Zinca traidora, Zinca traidora,
que as piedras amuestras
y os ombres afogas .»
Traduccion de la canción del Aragonés al Castellano.
Autor: O zagal de Molinero l’arco
Cinca traidor, Cinca traidor
que las piedras enseñas y los hombres ahogas.
Por el barranco de Biembro sube Felipón d’a Flor con el hacha bien afilada del herrero Lorenzon.
Se oían las hachas golpeando en la madera y caían grandes troncos rodando por la ladera.
Encima de dos registros se van preparando los troncos, se hacen muescas y rebajes y los verdugos atan los trampos.
Ya está colocado el ropero, ya está colgado el tocino salado y los odres llenos de vino que agua ya tenemos bastante.
En la rasa de Plantapera una navata de cuatro tramos ha chocado: tronco de sesenta palmos escorado o mástil demasiado largo.
Y el remero de delante chilla a los de detrás, pero salta el del final: «a mí déjame en paz».
Para salir del apuro hay que abrir los maderos exteriores, empujar desde la navata y mojarse los calzones.
Se ha perdido algo de material pero aún queda vino, volveremos a navegar que el río es el camino.
Al llegar al Entremón ¡atina, Pallaruelo, para pasar el agujero sin rascarnos la cabeza!
Poco a poco orillando, se acerca la nabata a tierra y arreglando el atraque el dia va oscureciendo.
Los pantanos nos ahogan, ya no bajan grandes troncos, pero, Cinca, siempre serás el gran río navatero.
Ya no golpean las hachas, sólo se oye el silencio, pero, Cinca, siempre serás el gran río navatero.
Esa forma de bajar el río (me refiero a la foto), ¿se hace en alguna fecha en concreto? porque nada tiene que ver con las piraguas.
Saludos
Una vez, hace muchos años ya, conocí a alguien que vivía en un pueblo que bañaba el Zinca. Creo que le marcó vivir ahí, porque volvió distinto, no sé si mejor o peor, pero distinto.
El sabor de una tierra, si ésta es recia y fuerte, suele impregnar a los que la pisan. Y eso siempre es bueno si se sabe qué asumir como propio y qué apartar.
Muy bonita la imagen.
Abrazo.
Hay descenso de nabatas todos los años, Esperanza; las del río Cinca se realizan el tercer domingo de mayo. También se hacen descensos en los ríos Aragón y Gállego. Se trata de mantener la antigua tradición, cuando se bajaban los troncos hasta las serrerías, sólo que ahora se realiza de forma lúdica en tramos mucho más cortos que los realizados por los nabateros de antaño y con participación de dos o tres países. Incluso hay un Ecomuseo dedicado a las nabatas.
Afectuosos saludos.
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El territorio donde reside cada cual siempre impregna; son vivencias de un entorno donde los hitos históricos, las peculiaridades, la lengua y las viejas tradiciones son casi, casi inseparables de uno mismo/una misma. Si, además, la empatía con las gentes y la belleza del paisaje calan, la impronta es perdurable.
Otro abrazo para ti, Chesana.
Es bonito conocer de donde proceden las tradiciones; Impresionante y lleno de riesgos el trayecto que podía llegar a recorrer la madera hasta las serrerías.
Un abrazo
El río que da vida y, a veces, se cobra el precio.
Es una foto preciosa y una tradición que no se debe perder.
«Hubo un tiempo»… Siempre me gustó este comienzo.
Abrazos
…y en este caso, de un duro y peligroso oficio, ha surgido un festejo espectacular.
Un beso Luz, Trini y gracias a las dos.